«El camino de emprender» por Katia Landa
Queridas emprendedoras, quiero compartir con ustedes mi camino a emprender, este proceso inició con una transformación personal e interna. Había vivido hasta mis 28 años muy cómodamente, tenía ideas de negocio, ¡sí! Pero sólo quedaban en eso… en ideas que para los demás no eran buenas y justamente ahí estaba mi problema. – ¡No hay ideas estúpidas, hay estúpidos que no entienden tus ideas! – Daniel Habif – solía importarme demasiado lo que los demás opinaran o pensaran. A mí nadie me había dicho que había qué vivir la vida sin darle gusto a lo demás. Creer en mis ideas, creer en mí, porque si uno no cree en sí misma, tampoco tu cliente lo hará. Entonces, ¿cómo iba a vender un producto o servicio?
Así que inicié una vida más consciente, cambiando y desaprendiendo todo aquello que erróneamente la sociedad me había impuesto, rompiendo patrones y paradigmas.
El 2018 fue un año en el que elegí deshacerme de malos hábitos y adquirir buenos. Inicié siendo parte del club de las 5 de la mañana, jamás me había despertado tan temprano para hacer provechosa mi mañana. En ese entonces, entraba a trabajar a las 9; era una locura despertarse 4 horas antes, pero le encontré sentido a que se podían hacer muchas cosas como leer, correr, meditar, bañarse y desayunar tranquilamente.

Había vivido tan aceleradamente corriendo para todos lados, sin disfrutar un día lluvioso o uno soleado. Me arrepentí de no haberlo hecho antes porque éstos hábitos por la mañana me habían convertido en una mujer más segura, con más confianza, con más tiempo, con más sensibilidad, con más amor. Poco a poco, era todo lo que necesitaba para emprender.
Siempre había sido una chica deportista, pero en el 2019 se volvió en mi hábito más fuerte y constante que terminó por empoderarme; ese año entrené, entrené con mucha disciplina, y todo lo que haces con disciplina y pasión te lleva a resultados. No me refiero a resultados físicos, me refiero a la energía que inyecta a mi cuerpo en cada entrenamiento.
No fue fácil lograr esa constancia, pero como todo en la vida, hay días buenos y hay días malos en los que no tienes ni ganas de levantarte. En esos días es cuando más fuerte entreno, porque al terminar se me olvida que era un día malo. Mi actitud se transforma totalmente; lo que me llevo a descubrir que una buena actitud cambia de perspectiva cualquier mal escenario.
Empezaba entonces el 2020, un año con muchas expectativas para mí, sobre todo porque me sentía en una de las mejores versiones de mí, además ya tenía la iniciativa de emprender. En esos días llegó a mi vida Carlos, quien más tarde se convirtió en mi esposo y socio. Encontramos en nuestra relación la combinación de amor, respeto, trabajo en equipo, admiración, amistad y poco a poco nos potencializamos día a día. Además de compartir el gusto por el deporte. Mientras sucedía el encierro de pandemia nació la idea de crear – «la mejor experiencia de entrenamiento» –, así que empezamos a trabajar en ella, y a finales de año, cuando aún el panorama era incierto, EMPRENDIMOS.