Hace unos meses, dos para ser exactas, con el nacimiento de mi bebé, me di cuenta que también nació una nueva mujer, que se enfrenta a miles de cambios en su vida y que se ha dado cuenta que aquella que era antes de concebir ya no volverá jamas; es cierto que con lágrimas en los ojos la he despedido de poco en poco y con una sonrisa en el corazón he aceptado, también de poco en poco, a esta nueva mujer.
La he comenzado a conocer y a saber que tiene más capacidades y cualidades que no sabía que tenía, que ahora en ella no existen limitaciones, pero que también tiene miedo a este nuevo mundo que se le presenta por delante.
Ahora está frase toma más sentido: NO SE NACE SABIENDO SER MADRE. Y es cierto, cada día se aprende algo nuevo y la persona que depende de ti, aunque es muy pequeñita, te deja lecciones enormes.

Ser madre primeriza trae consigo un cúmulo de cambios y de sentimientos que de pronto no se sabe como manejar, nadie te prepara para esos días buenos, tampoco para los días malos y mucho menos para los peores, porque seamos claras, no todo es miel sobre hojuelas.
Lo que es seguro, es que a cada una nos toma diferente tiempo asimilar esta nueva etapa en nuestras vidas, así que si tú lo lograste en 10 días, ¡¡felicidades!! Motiva y ayuda a otra mamá. Porque lo que es simple para alguna puede ser muy complicado para la otra (y me incluyo en esta segunda).